lunes, 14 de enero de 2013

La Salsa Caleña


Hoy en día, la salsa de Cali mueve a millones de personas. Es una parte integral del patrimonio cultural de la ciudad y uno de sus grandes atractivos. Desde las viejotecas donde los bailes dominicales al estilo romántico y de paso lento se desenvuelven al son de las melodías de grandes como Richie Ray y Bobby Cruz hasta los modernos salones de baile de salsa al otro lado del Río Cauca – en el cercano Juanchito – con sus ritmos crossover y su animada salsa caleña, la ciudad vive siempre al compás de la música.
La salsa le habla a la gente”, dice Carlos Trujillo, fundador de una de las más respetadas academias de baile de Cali. En Rucafé, las lecciones de baile comienzan en la mañana y duran hasta bien entrada la noche. Después de haber participado en treinta y tres congresos internacionales de salsa, Trujillo ha visto evolucionar su ciudad hasta convertirse en la capital mundial de la salsa. “La salsa es la gran integradora”, dice este coreógrafo y productor profesional de espectáculos musicales. “Es un estilo de vida que rompe barreras sociales”.
Hay más de 7.000 bailarines profesionales en la ciudad y todos los días nuevas escuelas de baile abren sus puertas para atender a miles de residentes y turistas que quieren mejorar sus pasos. Con su curso intensivo de siete meses, Rucafé puede convertir al más torpe entusiasta de la salsa en un profesional de baile de salón.

Muchos de nuestros bailarines han recorrido el mundo enseñando”, sostiene Carlos, quien también es uno de los productores del nuevo Delirio. “Hay un auge de la salsa en este momento”. En la ciudad, al extremo opuesto del lugar donde funciona la Compañía Artística Rucafé, otra academia está ayudando a formar una nueva generación de salseros. Más de 80 estudiantes, de seis años para arriba, asisten a la Fundación Artística Nueva Dimensión. Es una de las pocas escuelas de salsa dirigidas a enseñarles a niños a bailar al estilo caleño, que ha llegado a ser internacionalmente conocido por sus ritmos rápidos y sus pasos veloces.
La experiencia de la salsa en Cali es tan universal que es más que un simple pasatiempo agradable. “Para nosotros es típico bailar”, dice Dayian Molina, de 19 años, de la Academia Swing Latino. “Para nosotros es tan común como lo es para los europeos la comida”. Fundada por el cuatro veces campeón mundial de la salsa, Luis ‘El Mulato’ Hernández, Swing Latino ha surgido de los barrios marginales a conquistar nuevos horizontes. Después de haber hecho recorridos con Delirio y de haber enviado a algunos de sus mejores bailarines a Japón, Canadá y Corea, ‘El Mulato’ ve que el auge del baile es bueno para el negocio. “Si mis estudiantes no aprenden”, dice, “simplemente debemos apagar la luz e irnos”.
Recientemente, Swing Latino abrió una academia de baile en uno de los barrios más exclusivos de Cali, Versalles. “Todos los meses recibo extranjeros”, dice El Mulato, refiriéndose al potencial de turistas que quieren aprender a bailar. Para César Espino, de Los Ángeles, unas vacaciones de baile en Swing Latino han sido unas vacaciones que no olvidará. “Había podido ir a cualquier parte”, dice este Administrador de Logística. “Ha sido uno de los mejores viajes que he hecho”.


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